Hotel La Casona de Calderón

En pleno corazón andaluz el descubrimiento de esta casa popular hace trasladarte siglos atrás. La casa gira en torno a un colorido patio con arcadas del siglo XVI y un pozo que abastece todo el inmueble. Grabados, litografías, escultura y una gran cantidad de elementos etnográficos, originales y populares relacionados con el trabajo agrícola y ganadero nos da una idea de cómo fue la vida pasada.
Puedes disfrutar tanto de una selecta selección de tés con dulces artesanos, como de café y copa larga y reposada en uno de sus salones. Si lo que prefieres es saborear la gastronomía tradicional, mediterránea y de interior con productos e ingredientes de la huerta, el restaurante Morenita de La Casona de Calderón está recomendado en la prestigiosa Guía Michelín. Platos con combinaciones originales que potencian el sabor de antaño y que puedes disfrutar tanto en el comedor, en el patio o en el jardín solárium a la luz de las velas. Si hay que tener en cuenta alguna observación en cocina como intolerancias o alergias, comunicalo previamente a tu llegada, así todo saldrá perfecto y tu estancia inolvidable.

Nos alojamos aquí una noche aprovechando un cofre de Wonderbox que se llamaba "Escapada con sabor" pero casi hubiera sido mejor llamarla "Escapando del sabor". Decidimos esta estancia pese a que Osuna no nos despertaba ningún interés, ponían el hotel muy bien y su restaurante salía recomendado en la guía Michelín.

Nada más llegar al hotel nos encontramos una recepción lúgubre y vacía. Después de esperar un buen rato, decidimos avanzar para encontrar a alguien y nos recibieron con hostilidad. Nadie nos explicó las instalaciones ni en qué consistía la oferta o a qué hora era el checkout.

Este Hotel está situado en el centro de Osuna y cuenta con 15 habitaciones, 3 de ellas adaptadas para personas con minusvalía y 4 Suites Junior.
Cuenta con una cafetería y restaurante de comida tradicional, así como piscina para refrescarse en los calurosos veranos de Osuna y un bonito patio interior donde poder relajarse al terminar de tu recorrido por la ciudad.