Casa rural musical

Fue una experiencia magnífica , acogedora, romántica , relajante.....
Nada más llegar y ver donde estaba situada nos encanto esta en una montañita en la que solo escuchas pájaros el agua del río y se respira aire puro sin contaminación, nosotros cogimos dos días románticos en Esta casita rural nos cogimos la suit que es magnífica cogimos una oferta a través de groupalia pero llamamos y no quedaban habitación dobles solo la suit y la verdad que vimos las fotos por internet u nos enamoramos de ella , la habitación es impresionante en mis mejores sueños estaba esta habitación, la cama es muy amplia y cómoda ,esta en la temperatura exacta toda la habitación tiene un dormitorio que es un vestidor, el sofá tan cómodo y grande dentro de la habitación, el baño con un magnífico jacusi y una decoracion sin igual , muy rústica con detalles muy acertados la verdad pasamos dos noches de ensueño , los desayunos muy sabrosos y los dueños de la casa la verdad que súper amables , es muy recomendable vernir a este lugar.

Os la queremos recomendar porque la casa es impresionante, tanto su exterior como su interior. Toda la casa está decorada con muebles y detalles rústicos. Nada más entrar te impresiona su magnífico salón-comedor en el que puedes descansar en sus cómodos sofás y mecedoras, viendo la tele o leyendo un libro o tener amenas charlas con los dueños u otros huespedes. Las habitaciones amplias y espectaculares porque están decoradas al detalle tiene cada una su nombre de estilos musicales: Jazz, blues, copla y rock. Nosotros estuvimos en la Jazz porque, viendo las fotos de su página web, fué la que más nos gustó, pero nos enseñaron todas las habitaciones (menos una que estaba ocupada) y son todas preciosas.Tienen una suite preciosa con cama de 1,90 x 1,90 y con salón. Camas de 1,50 x 1,90 .Tanto los colchones como las almohadas muy cómodas y los baños limpios y decorados con mucho gusto, con grifería e interruptores similares a los que habían en las casas antigüas que te transportan a otras épocas. Y qué decir de la planta baja, decorada con un escenario con diferentes instrumentos musicales (si tocas algún instrumento aquí podrás demostrar todo lo que sabes, ya que los instrumentos están disponibles para los huéspedes), un pequeño bar muy acogedor y numerosos útiles de la antigüa fábrica de chocolate que albergaba esta casa reconvertidos en muebles. Y si a todo esto le añades el empeño y el cariño con el que te reciben tanto sus dueños, Félix y Matilde, como la persona que les ayuda (Encarna), la estancia en su casa resulta una experiencia digna de repetir.