Ruralita
Sabor Rural
En invierno estuve en Llanes. Una escapada en familia que, la verdad, dio para mucho. No creí poder desconectar de esa forma, pero supongo que el entorno me envolvió.
Estuvimos en una casa rural chiquitita y preciosa en el término de Soberrón que contratamos a través de'https://www.ruralia.com.' Tenía barbacoa y un jardín super amplio con un porche en el que los niños lo pasaron en grande.
Las vacas y los caballos pasaban a cada rato y, por la noche, se oía el murmullo del monte. A tan sólo un kilómetro estaba la playa. Hacía calor, pero el invierno no permitía todavía disfrutar de ella. Aunque sólo ver los acantilados y las pequeñas calas "salvajes" era un placer.
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