Cascada de Rochester
Encontrar esta cascada si que fue una aventura. Primero, porque los cartelitos indicadores que van desde la carretera hasta ellas son todos como los que veis en la foto, y segundo porque está metida entre cañaverales de gran altura con carreteras que despistan con facilidad.
Una vez que llegamos nos dimos cuenta de que realmente valía la pena.
Dejamos el coche a un lado de los dulces cañaverales, y enseguida, de la nada surgió un guía para acompañarnos a las cascadas que estaban a veinte metros...
Después de pasr por un pequeño y corto camino bajamos a la base de la cascada. El espectáculo es realmente bonito. Una caida de unos diez metros sobre un lago de bastante profundidad, unos 3 metros y unas paredes de lava fragmentada con formas rectangulares. Luego, nuestro guía nos subió por un camino hasta el curso de agua que daba lugar a la cascada, tomó una caña de azúcar y la retorció para que probáramos su jugo...mmm una delicia.