Ouzoud, el espectáculo del agua.
En dirección al noroeste de Marrakech, a unos 170 kilometros se encuentran unos parajes hermosos, las cascadas de Ouzoud.
Una mezcla entre un paisaje natural y la mano del hombre, que ha sabido explotar tal destino turístico creando restaurantes al paso del agua, más de 100 metros de caída de agua causan la curiosidad de los viajeros. Por lo que no se hace nada difícil disfrutar de un menú de comida marroquí mientras contemplas éste espectáculo.
Al llegar, encontraremos varias zonas para aparcar habilitado por los locales, que van a la caza del turista, van a intentar llevarte a su zona de aparcamiento a cambio de diez dirhams (1 euro) por día, por otro lado, muy pronto (si no ha salido antes) llegará otro “amigo” y te ofrecerá ser guía en tu visita, aunque no te hará falta, ya que las cascadas tienen un sendero que habla por sí sólo.
El sendero que recorre las cascadas se divide en dos tipos, existe la posibilidad de recorrer un sendero cementado con barandilla y otro más natural, de tierra con pequeños charcos a la sombra de los árboles. Nosotros conectamos los dos senderos para tener una visión variada de tan hermoso paisaje.
En la base, esperan varias barcas inventadas por los locales más ingeniosos para trasladar al turista lo más cerca posible de donde el agua efectúa su caída.
Sus alrededores frecuentados por macacos de bebería hacen de Ouzoud un lugar más especial si aún cabe, merece la pena pararnos y observar detenidamente los árboles que marcan el sendero hacia la bajada del agua, sorprende la actitud de éstos animales que se comportan como personas en un entorno totalmente diferente.
Existen diferentes establecimientos hoteleros donde poder hacer noche, una sensación única, gracias a su proximidad a las cascadas pudimos dormir con los relajantes sonidos ambientales que nos regalaba el lugar.
Hacer noche en Ouzoud fue una acertada y recomendable elección, la idea era captar los paisajes con la mejor iluminación natural y poder así disfrutar de un amanecer en las tranquilamente, la sensación de estar sólo viendo la mayor cascada del norte de Marruecos no tiene desperdicio.


