Alicia Ortego
un fenómeno de la naturaleza poco habitual
Las cascadas o cataratas de Lobé es uno de los grandes reclamos turísticos de Kribi, ya que es un fenómeno de la naturaleza algo original o muy poco habitual. Aquí muere el río Lobé en forma de cataratas, en el océano Atlántico.
Cuando llegamos la marea estaba baja y el agua dulce se separaba perfectamente de la salada por un brazo de arena. Alimentando una laguna en el lado del agua dulce, las aguas del Lobé discurren sobre todo un frente de rocas y vegetación, en forma de cataratas. Cuentan que en ese lago hay sirenas, las Mami-Wata, espíritus de las aguas que pueden arrastrarnos a las profundidades :).
Lamentablemente, ése día (no sé por qué, siendo época de lluvias), la cantidad de agua era algo páuperrima pero al menos nos permitió andar un poco por entre las rocas, literalmente encima suya, lo que no sería posible si las cataratas hubieran estado en su apogeo.
Los pescadores faenan o remiendan sus redes aquí y allá, algún que otro Martín Pescador nos sorprende con sus vivos colores y no es raro ver a familias y parejas de cameruneses pasar el día en esta playa, o adentrarse en la laguna. Alguien nos contó, sin embargo, que el día anterior había muerto un joven camerunés al tirarse desde las rocas al agua. Por lo visto ejercía de guía para un grupo de jóvenes suizos que decidieron bañarse en la laguna y le jalearon para que les siguiese. No sabía nadar, pero estaba en compañía de su novia y confiado en que no sería peligroso al estar el agua calma, se tiró... En fin, esto nos recuerda que ser temerarios -más que valientes- tiene sus consecuencias.
Si queréis pasar el día por aquí, hay un chiringuito justo al lado de las cataratas, donde comer pescado a la brasa o gambas, y también hay algunos puestos de artesanía o souvenirs.
Para llegar, tendréis que alquilar una moto-taxi o un taxi, pactar el precio y mejor contando con que os espere porque si no puede ser difícil volver.
Los pescadores faenan o remiendan sus redes aquí y allá, algún que otro Martín Pescador nos sorprende con sus vivos colores y no es raro ver a familias y parejas de cameruneses pasar el día en esta playa, o adentrarse en la laguna. Alguien nos contó, sin embargo, que el día anterior había muerto un joven camerunés al tirarse desde las rocas al agua. Por lo visto ejercía de guía para un grupo de jóvenes suizos que decidieron bañarse en la laguna y le jalearon para que les siguiese. No sabía nadar, pero estaba en compañía de su novia y confiado en que no sería peligroso al estar el agua calma, se tiró... En fin, esto nos recuerda que ser temerarios -más que valientes- tiene sus consecuencias.
Si queréis pasar el día por aquí, hay un chiringuito justo al lado de las cataratas, donde comer pescado a la brasa o gambas, y también hay algunos puestos de artesanía o souvenirs.
Para llegar, tendréis que alquilar una moto-taxi o un taxi, pactar el precio y mejor contando con que os espere porque si no puede ser difícil volver.
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