Casco histórico

La sede europea de la ONU, la principal de la Cruz Roja, la tradición humanitaria y el encanto multicultural hacen de Ginebra la gran metrópolis más pequeña del mundo y la convierten en la " Capital de la Paz".
Y eso es lo que se respira en sus calles, paz, tranquilidad y sosiego. Como en el resto del país todo parece estar cronometrado, estudiado y en su sitio.
Sumergida entre las cimas alpinas y las colinas del Jura, la ciudad está a orillas de un lago en la frontera francesa y ha ganado parte de su fama gracias a su perfecta organización para ferias y congresos, como el fastuoso Salón Internacional del Automóvil, la exposición de coches más grande de Europa.

El casco histórico de Ginebra está ubicado sobre una zona elevada al sur del río Rhône (Ródano). La Vielle Ville ("casco antiguo" en francés), se encuentra rodeada por la Catedral de St-Pierre y la Place du Bourg-de-Four. Las vías principales conservan estrechas calles empedradas; explora sus 2000 años de historia, con sus numerosas galerías de arte, tiendas de antigüedades, museos, fuentes, restaurantes y demás. Además de eventos como la tradicional Fête de l'Escalade, con caballos y antorchas, en la cual vallan todo el casco antiguo para impedir la entrada a vehículos. Esta zona de la ciudad es especialmente bonita en Navidades, con las luces en sus edificios y árboles.

Ciudad con mucho lujo y precios carísimos. La zona del lago Leman con su avenida de hoteles y edificios de corte clásico, tiene mucho encanto.

Hicimos paseo turístico en trenecito y visitamos el centro.
Vale la pena para visita de un día.

Ginebra en verano como casi todas las grandes ciudades europeas es una muy tranquila. Es una ciudad elegante, muy limpia y tranquila, con un clima muy bueno en verano. Es una ciudad con encanto.