En lo más alto, vigilante
Al nordeste de la isla de Mallorca encontramos este pequeño pero precioso castillo, con su forma de triángulo perfecta, desafiando al tiempo. Desde arriba sabiéndose estratégico, divisa las tierras del interior, parte de la preciosa costa y el canal de Menorca que une y separa la isla grande de la pequeña.
Trepamos, más que subimos por las empinadas escaleras que nos suben hasta la base del castillo y tras franquear la entrada esperamos en un punto concertado la llegada de nuestra guía ( incluida en la tarifa).
Vamos recorriendo la fortaleza, que se levanta sobre un terreno en el que ya dormían los pobladores de época prehistórica, los romanos, los musulmanes y finalmente los cristianos, que dieron empaque y potencia a la primitiva alcazaba.
Su importancia creció cuando se convirtió en el lugar donde se firmó el tratado de paz más antiguo de la historia, entre los musulmanes y el rey Jaume I; fue este rey, el que mandó a levantar las actuales murallas del castillo, convirtiendo su interior en un pueblo fortificado, como podemos ver en las fotos, donde se aprecian los muros de las pequeñas casas.
Y menos mal, porque los piratas no se andaban con chiquitas, y aprovechaban cualquier resquicio en el sistema defensivo militar para desembarcar, asaltar, saquear y capturar todo lo que podían abarcar en sus rápidos ataques. Por eso el interior es un entramado de callejuelas y casas de construcción muy humilde, de pequeñas dimensiones y adaptadas a las agrestes condiciones del terreno.
Poco a poco el espacio se hizo cada vez menor y el castillo tuvo que abrir sus puertas para que sus habitantes salieran y se diseminaran por las faldas de la colina. Eso significó su abandono, hasta que en 1938 pasó a propiedad municipal y con el Régimen y el ensalzamiento de las llamadas Glorias Nacionales, se procedió a su restauración, llegando a nuestros días casi intacto.
Una torre de defensa que fue molino, una cisterna para almacenar agua en épocas de sequía, una casa del Gobernador que hoy es el Museu de la Llata y sobre todo la iglesia gótica de Nuestra Señora de la Esperanza o de la Niebla, ya que según cuenta la leyenda ante un inminente ataque berberisco, la virgen cubrió el pueblo con un manto de niebla y los
piratas pasaron de largo sin verlo.
Un lugar lleno de historias y leyendas.


