Un castillo de postal
Ross tiene todo lo que podríamos desear de un castillo irlandés. Una estampa imponente, un lago, una historia turbulenta, un fantasma...
Sin duda es un lugar que ya impresiona desde lejos, ya que para llegar a el hay que cruzar con nuestro coche a través del Parque Nacional de Killarney; cuando aparcamos el coche y vemos más de cerca su magnífica figura, no podemos por menos que disfrutar en silencio su belleza.
Haciendo historia, vemos que fue construido por O'Donoghue Mór en el siglo XV, luego pasó a manos de los Brownes que se convirtieron en Condes de Kenmare y que eran propietarios de una porción extensa de las tierras que ahora forman parte del Parque Nacional de Killarney. Cuenta la leyenda que O'Donoghue todavía vive en un sueño profundo bajo las aguas de Lough Leane. En la primera mañana del mes de mayo, cada siete años, surge del lago en su magnífico caballo blanco y lo rodea, como vigilando sus antiguas posesiones. Aquel afortunado que lo vea aunque sólo sea por un instante, puede estar seguro de su buena fortuna para el resto de sus días.