Castillo de Cortegana
La sierra de Aracena, con sus pueblos y sus paisajes, es un sitio ideal para que los sevillanos puedan hacer excursiones familiares de fin de semana.
Aprovechando la festividad del día de Andalucía fuimos a Cortegana con el fin de disfrutar del paisaje, visitar el pueblo y su castillo y saborear las especialidades de la región, entre ellas los gurumelos, unas setas silvestres típica de la zona.
El castillo de Cortegana construido sobre una elevación de la Sierra de Aracena, tiene a sus pies el núcleo urbano, pero además goza de una situación estratégica controlando el entorno a muchos kilómetros de distancia, por lo cual sería de importancia estratégica vital en esta zona de frontera entre moros y cristianos y posteriormente entre españoles y portugueses.
Aunque hay mucha confusión, la primera referencia documental del castillo está en una orden del rey Alfonso XI en 1344.
Pero las reformas más importantes del castillo fueron efectuadas en el reinado de los Reyes Católicos, cuando se levantó la torre de homenaje y se hicieron obras importantes en el Alcázar.
A lo largo de la historia el castillo ha sufrido distintas obras de reforma, pero fue definitivamente reconstruido en 1975 por la Asociación de Amigos del Castillo, dándole su aspecto actual.
Desde el pueblo se sube por una carretera empinada hasta llegar a un aparcamiento. Desde allí se accede a una primera explanada donde se encuentra la capilla que es una monería. Seguimos subiendo hasta llegar a la puerta de entrada al castillo, el billete vale 2 euros pero merece la pena. En el patio bajo está la boca del aljibe y se puede bajar hasta el depósito de agua, pero hay que tener mucho cuidado pues los escalones están rotos y cubiertos de verdina. Hay también un acceso a la mazmorras que no se visita y desde el patio se entra en la planta baja del Alcázar, decorada con muebles y armaduras.
De ahí se sube a la planta intermedia que corresponde a la planta alta del edificio, también decorada con mobiliario y luego acceder a las murallas y torreones. Se puede subir a la cubierta del edificio y las distintas torres y disfrutar de unas vistas magníficas.
¡Una excursión muy divertida!