Bretagne
La seducción permanente
Bajo un sol generoso, llegamos a la península de Rhuys. El paisaje no puede ser más motivador: marismas y costas rocosas se suceden entre pequeños puertos y playas suaves. Al llegar a Port-Navalo te sorprenderán los cientos de contrastes que desfilan ante tus ojos.
La costa sur se abre al océano en un acto de valentía, mientras que cada trozo de la vertiente norte está recortado en múltiples rincones. Alguno que otro reserva sorpresas fascinantes.Al este, los parques ostrícolas se dibujan en la orilla de Pénerf. Antes que los turistas, este paisaje ya cautivó a los duques de Bretaña. Dejando atrás algunas casas típicas, el castillo de Suscinio se desvela majestuoso en el último momento.
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