Moderno y acogedor hotel en el paseo de Atocha
La subida desde la estación hasta la puerta del hotel en plena ola de calor y con la maleta a cuestas se hizo dura, menos mal que la amabilidad del personal de este hotel y la bonita habitación del último piso abuhardillada lo compensó.
Gran cuarto de baño (sin bañera), salón, agua gratuita, tetera, bonitos objetos de tocador y una cama muy confortable hacen de este céntrico hotel ser un establecimiento a recomendar en Madrid.
Solo decir que un desayuno excelente con más intimidad hubiera sido perfecto, el tener a tres camareros frente ti en la puerta de la cocina resultó incomodo.