E.Sonia Requejo Salces
Estéticamente es la de mayor armonía
Otra de las Catedrales muy hermosas que sobrevivieron a dos revoluciones, las de 1905 y 1917 y, por si fuera poco, estas Catedrales vivieron dos guerras: la civil y la de la ocupación nazi.
Sin duda sobrias son, bellas también tanto por fuera, siempre coronadas de cúpulas doradas en las que aveces el numero es lo que cambia.
Sus esplendidos interiores colmados de riquezas bien en murales o en plata y bronces.
Construida por Iván III en 1484 - 1489, como único soberano ortodoxo libre, quiso dar a Moscú el esplendor que consiguió con la fortaleza del Kremlin y sus bellos edificios, de ahí estas cuatro Catedrales.
Con un tejado final de nueve cúpulas doradas, tras varias veces ir añadiendo al convertirse en la Catedral de los grandes zares y príncipes rusos. Su gran valor radica en su iconostasio de cinco filas de iconos, unos 100 iconos pintados entre los siglos XIV y XVII, en muy buen estado.
Un edificio en piedra blanca con sillares irregulares, frescos descubiertos en su restauración y las criptas con bocetos de estilo italiano.
Sería desde 1989 que se volvió a celebrar misas en la catedral, con motivo de la festividad de la Anunciación.
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