Roberto Gonzalez
Grandiosidad italiana
Por fuera no es especialmente llamativa, ni siquiera tiene aspecto de catedral, mas bien de fortaleza. Los ladrillos color canela no la hacen destacar en una ciudad que ha usado el mármol y el granito como material de construcción para convertirse en el puerto ideal que concibieron los Médici. Por el contrario, por dentro es de techos muy altos, lo que le da un carácter un poco frío. Las luces y las velas votivas atenuan la sensación con un poco de calidez, y nos van pasando de uno a otro retablo, de las más variadas formas y estilos.
Fue una labor conjunta de los mejores artesanos de la zona para reconstruirla después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
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