La Bella del Segre
Conocida en la actualidad por la maravillosa catedral que da nombre al pueblo, la historia de la Seu se remonta a la época de los romanos, cuando fue elegida como asentamiento por las legiones que vieron en el lugar un punto estratégico de vital importancia. Poco a poco la villa fue creciendo y se convirtió en sede episcopal; pero he aquí que llegaron los árabes con Al Mansur a la cabeza y la arrasaron hasta los cimientos.
Un nuevo renacer dio comienzo al mismo tiempo que se construían los cimientos de la catedral. Todo el saber arquitectónico de la Edad Media se puso al servicio de la ciudad comandada por los Condes de Urgell. Poco a poco, la nueva sede episcopal fue tomando forma y la catedral se convirtió en el nuevo polo magnético del Valle del Segre.
Otra historia es el claustro, al que se accede por una puerta natural y que es, sin duda, un lugar delicioso donde disfrutar del silencio mientras admiramos el buen hacer de los maestros canteros de la Edad Media.
Especial atención requieren los capiteles tallados en granito con minuciosos detalles animales y vegetales que con la participación de figuras humanas cuentan historias bíblicas pero también mitológicas, ya que aparecen peligrosas harpías o fuertes atlantes que sostienen el techo del claustro.
Por un lado, atravesando una puerta muy disimulada, se encuentra el museo diocesano de la Seu que recomiendo encarecidamente visitar, ya que tiene auténticas joyas del arte catalán que merecen ser admiradas.