majestuosa
Su nave es la más alta de todas las iglesias que vimos en Bulgaria, y el ambiente es cautivador. Las velas han hecho su mezquino trabajo y casi han tapado las pinturas por lo que la catedral aparenta más antigüedad de lo que en realidad tiene.
En su interior resalta un trono construido para el zar Ferdinand de 1886 a 1918, custodiado por leones y cubierto por un templete. Detrçás se halla un retrato del zar y su esposa.
También es muy importante el gran iconostasio de mármol, ónice y alabastro, tallado con uvas, palmeras y pavos reales. Los iconos incluyen imágenes de Cristo y la Virgen.