Lugar de descanso para los fallecidos no católicos.
Este singular cementerio comenzó con un reducido espacio que hoy se encuentra dentro de una gran ampliación del espacio destinado para dar sepultura a los vecinos de Málaga que no profesen la religión católica.
En ese espacio inicial destaca la decoración con conchas de los enterramientos que acoge. Entre sus sepulturas nos llamaron la atención la del poeta y escritor Jorge Guillén, la de Robert Boyd, que murió fusilado junto al general Torrijos y otros camaradas en el año 1831, la del escritor Gerald Brenan y la del inglés que construyó el primer hotel en Torremolinos.