Si hacéis noche en Douz, seguro que os ...
Si hacéis noche en Douz, seguro que os ofrecerán la posibilidad de asistir a una cena típica bereber con espectáculo en una jaima en pleno desierto; nosotros picamos y fuimos pero la verdad es que os lo podéis ahorrar, a mí desde luego me pareció un poco tomadura de pelo...
A las 21h nos vino a recoger un autobús a nuestro hotel para llevarnos a la Gran Duna de Offra, donde tendría lugar la cena-espectáculo en una auténtica jaima del desierto. Previamente hicimos una parada en otro hotel, donde nos ataviamos debidamente con una túnica típica bereber y un turbante (el alquiler del atuendo iba incluido en el precio); esta parte fue muy divertida. Os recomiendo que llevéis ropa de abrigo debajo porque por la noche en el desierto hace un frío que pela (yo llevaba un forro polar y casi muero congelada -era principios de Abril).
Nada más llegar a las dunas nos dieron una especie de sangría a modo de recibimiento, y unos músicos empezaron a tocar, incitándonos a bailar. Luego nos sentamos bajo la jaima, en unas mesas alargadas con bancos de madera, para la cena. Ésta consistió en: Una sopa de sémola bastante picante (me gustó), una especie de empanadilla de pasta brick rellena de verduras y pasta de patata (no me gustó), y el plato fuerte y más típico de la cocina del Magreb: El "cous cous" con vegetales y cordero. El cuscús estaba realmente asqueroso, era un enorme bol de sémola, totalmente seca, prácticamente sin salsa ni guarnición (cuatro trozos de cordero por encima y algún trocito de zanahoria y patata); vamos, que el que teníamos en el buffet del hotel era infinitamente más rico que éste y mejor condimentado. De postre, una naranja por persona y unos dátiles, acompañado de un té a la menta. De bebida había vino tinto (de lo más agrio) o agua.
Durante la cena, los músicos (eran sólo tres) amenizaban la velada tocando sus instrumentos (la misma canción una y otra vez) mientras otra persona hacía un espectáculo de baile, por ejemplo, con un gran jarrón de cerámica sobre la cabeza. También sacaban a bailar a los espectadores más osados.
A mitad de la cena, antes de servir el cuscús, nos levantaron de las mesas para llevarnos a un gran ruedo en la duna donde tuvo lugar un espectáculo con caballos y dromedarios. Había tan poca luz que apenas veías nada (siento la calidad de fotos y videos). El dromedario únicamente daba vueltas alrededor del círculo, lo que dio un poco más de juego fue el caballo (dos jinetes subían o bajaban del caballo alternativamente al trote, se ponían de pie sobre él...).
En resumen, la comida asquerosa y el espectáculo dejaba mucho que desear. Los "actores" eran malísimos, al igual que los músicos, que sólo se sabían una canción. Además pasamos un frío horrible y fue bastante caro: 27 DNT por persona (en Túnez una comida cuesta 3-5 DNT).
Bueno... ésto fue algo similar a los espectáculos de flamenco para turistas que se hacen en España...
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