F.P. Bravo
Cerro Quemado, magia y tranquilidad
Hace cientos de años los huicholes se encontraron frente a frente, por primera vez con el monte Wirikuta (Quemado) ubicando en el valle de Catorce, desde entonces cada primavera peregrinan hasta el monte atravesando el desierto de Nayarit, Durango, Jalisco y Zacatecas. Así agradecen el nacimiento de “El Fuego” y bendicen su alimento espiritual; el peyote.
En ese valle y envuelto en el misticismo indígena se encuentra Real de Catorce un pueblo pequeño y tranquilo cuyo único acceso es a través de un túnel de más de dos kilómetros de largo construido como parte de una mina de plata que data de 1772.
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