Una pena que estuviese cerrada al llegar porque ansiábamos un café con leche con ensaimadas.
Recalamos en este precioso pueblo de pescadores de Binibeca Vell por la mañana muy temprano y, curioseando por allí lo descubrimos de pura casualidad, pero recién estaban terminado de limpiar y acomodar todo para abrir la cafetería y demás ya que, tal como les he comentado en otros rincones que he subido, el día era realmente de perros, hacía mucho frío y, de tanto en tanto, lloviznaba o llovía a cántaros. De todos modos un señor que estaba por allí escoba en mano secando lo que el agua había dejado, la dejó apoyada en una pared y nos dio algunas explicaciones sobre el sitio. Nos contó que este lugar fue reconvertido en un Complejo Turístico que está totalmente ocupado durante gran parte del verano y pocos son los residentes permanentes, es decir los de siempre, los que viven allí.