La mejor cerveza belga casera
Lo mejor es que vayáis comidos, pues lo más que te van a sacar de comer aquí es un sándwich cutre, frío, con mostaza y pepinillos o un poco de queso del país (eso sí está bueno, pero sólo parecen tener un tipo de queso).
Pero si por algo merece la pena este lugar, es sin lugar a dudas, por su espléndida cerveza casera. En serio, fuimos mi mujer y yo a Bélgica con la idea de hacer una cata comparativa de cervezas belgas (además de ver las ciudades que son preciosas, por supuesto) y si me tengo que quedar con un sitio, elegiría este.
Saliendo de la Plaza del ayuntamiento (una joya en sí misma) por la calle Burg, tendréis que estar bien atentos a un recóndito y disimulado callejón que apenas se atisba entre los tentadores escaparates de chocolaterías. Una vez en el callejón, hay que entrar al local subiendo unos pequeños escalones en la parte derecha.