Roberto Gonzalez
Céntrico, sabroso y sevillano
Aunque fui recomendado por una amiga, ya desde lejos pude localizar el local, por la afluencia de hispalenses y visitantes y los aromas que inundaban la calle, junto a la algarabía de los que pasaban el rigor de la calurosa noche sevillana caña en mano y charla en la boca.
Entramos, afortunados y alegres por haber podido encontrar una mesa, pequeña pero cómoda y estratégicamente situada en un lugar de paso desde donde poder observar a la clientela entrar y salir y al mismo tiempo a un paso de la barra donde se pide la comanda, cosa ésta de vital importancia.
Una vez instalados, y ayudados por la familiar confianza y gracia de los camareros, empezamos a pedir la tapas que han hecho famoso el lugar.
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