Excelente experiencia, muy recomendable
Servicio excepcional, trato cercano, ubicación privilegiada (siempre me gustó la plaza de Gabriel Miró con sus ficus centenarios, y al lado el puerto).
Pedimos los platos que nos recomendó la camarera y fue un acierto. El Pulpo sobre patata y alioli (o algo así), el gambón con arroz socarrat, el langostino con una maraña de pasta buenísima (el nombre de los platos no los recuerdo exactamente), el falso tomate (es una especie de paté, con albahaca, que recuerda mucho a la salsa al pesto, muy bueno) y como plato fuerte (al centro) el entrecote de ternera trinchado.
Todo muy bueno, alta calidad a buen precio.