Obispos , ruinas y buitres
En uno de los vértices del promontorio rocoso sobre el que se asienta la villa medieval de Chauvigny se alzan, sostenidas como por arte de magia, las enormes murallas de lo que otrora fue el castillo señorial, también llamado de los obispos. Ni siquiera el absoluto estado de ruina en el cual se encuentra la edificación logra eclipsar la grandiosidad que desprende el ruinoso conjunto con un perímetro que abarca más de 250 metros y una altura que supera los 50 metros.
Los orígenes del castillo parecen remontarse al siglo XI tal y como lo atestiguan algunos escritos en los que se asocia una primitiva construcción ubicada en este mismo emplazamiento al obispado de Poitiers. Con el transcurrir de los siglos el castillo se transforma paulatinamente y se añaden nuevas torres a las ya existentes logrando un impresionante conjunto que alcanza su plenitud a mediados del siglo XVI. Sin embargo los avatares de las sucesivas guerras religiosas y de sucesión darán al traste con el magnífico castillo y este arderá pasto de las llamas en el año 1569…..a partir de esta fecha la decadencia parece apoderarse de Chauvigny y sus magníficas edificaciones, y más en particular del castillo de los barones que cae en el más absoluto de los abandonos.