Mercado de Navidad de Frankfurt

Al igual que las ardillas de árbol en árbol, se puede recorrer el centro de Frankfurt de puesto de mercadillo en puesto de mercadillo. Una hilera de pequeñas cabañas que ramificando por calles y plazas, un laberinto enorme.

Por la importancia histórica de Frankfurt su mercadillo también debía tenerlo que situado principalmente entre las plazas de Römerberg y Paulsplatz es uno de los más importantes de todo Alemania, donde hay más de 300 mercadillos tradicionales en todo el país. Posiblemente sea su situación la que le de más valor, porque la plaza de Römberberg es una auténtica joya de Alemania, considerada el centro del casco histórico. Además se le añade el contrapunto de tener a alguno de los rascacielos del distrito financiero perfilándose por los cielos.

En casi todos los pueblos y ciudades de Alemania, Suiza o Austria se celebran tradicionalmente Mercados Navideños durante la época del adviento, y reciben el nombre de Weihnachtsmarkt. El año pasado me quedé prendada de los de Berlín, y este año me decidí por el de Nuremberg, uno de los más extensos y famosos de Alemania.
Frankfurt me pilló de paso, y sin embargo me pareció que posee el más encantador de todos, la plaza del ayuntamiento es un marco incomparable para ubicarlo.
Antiguamente servían estos mercados de un lugar cálido al principio del invierno para dar cobijo a los habitantes del lugar, pero con el tiempo se convirtieron en un elemento fijo de celebración y reunión en esta época del año.

Mucho antes de Navidad las plazas más céntricas de Frankfurt se llenan de colores, olores y sabores que anuncian lo que está por venir: alegría, comilonas y consumismo. Alrededor de la estatua de Minerva y en las plazas aledañas encontrarás un montón de puestecillos con ropa, artesanías, artículos de decoración, juegos de ingenio, etc.

Cuando te canses de comprar y/o curiosear aprovecha para merendar. Tienes dulce y salado, para tomar in situ o para llevar. ¿Mi recomendación? Que calientes el cuerpo con una buena taza de glühwein, un vino caliente especiado que a bajas temperaturas entra muy bien. Si te pasas con el glühwein puede bajar los grados de más en el tiovivo. En efecto, los mayores también pueden dar vueltas en el carrusel.

En Alemania la Navidad tiene un espíritu distinto. En cualquier rincón, puedes reencontrarte con tu niñez. Los colores, los olores, los sonidos todo está perfectamente diseñado para devolverte parte de esa inocencia.
Esta foto está tomada en el mercado de Navidad de Frankfurt. Con un vino caliente en mis manos y mis ojos llenos de luz e ilusión tomé esta instantánea que refleja perfectamente lo que sentía mientras la retrataba.
Espero que viendo esta foto también sintáis un poquito de la ilusión de la Navidad.