Antonio Otero
Un dinosaurio de cine
Muy cerca del precioso Monte Lourido se encuentra este cine añejo. No tendría mayor interés si no fuera porque es el único cine que queda de estas características por estos lares. Abre su taquilla (esa ventanita minúscula de la que sale un haz de luz que ilumina el suelo dibujando su forma) cinco minutos antes de la función, entradas sin numerar, carteles en la pantalla escritos a mano o de imprenta vetusta..., en fin, un cine de los de antes. Suelen tener una cartelera apetecible, casi siempre películas pequeñas que te dejan igualmente un buen sabor. Abre de viernes a lunes.