El claustro blanco
Cuando uno visita el enorme y maravilloso monasterio de Santa Catalina va pasando de patio en patio, de claustro en claustro, y este de las novicias es el primero que uno encuentra durante el recorrido. Como indica el nombre, hubo un tiempo en el que las recién llegada al monasterio tenían aquí sus celdas. Hoy en día a él se abre la puerta de una de las celdas así como la capilla Noviciado. En un lugar como este en el que todo es de color, podemos distinguir este claustro por su color blanco y buscar en él las flores símbolo de la ciudad: la flor de Texao.