Coimbra

La ciudad de Coimbra-Portugal se asienta en una colina, dominando el río Mondego. Es una ciudad apacible que gira al ritmo de su prestigiosa Universidad, una de las más antiguas de Europa. El casco histórico es una verdadera perla que lleva marcados signos de la Edad Media, el Renacimiento y la Ilustración mientras que su periferia es menos interesante.
Si visitáis la ciudad es imprescindible que no os perdáis la Universidad Vieja desde donde contemplaréis unas vistas magníficas de la urbe; la Biblioteca Joanina un templo del saber universal; la Capilla de San Miguel con su espléndido pórtico manuelino; la Torre del Reloj un símbolo de la ciudad; la Sala dos Capelos; la Universidad Nueva; el Museo Machado de Castro; la Iglesia románica de Santiago; La Sé Velha que fue la primera catedral de Portugal; El Monasterio de Santa Cruz con su Claustro del Silencio una gran obra maestra del estilo manuelino; Santa Clara a Velha y Santa Clara a Nova en la otra orilla del río Mondego; Portugal dos Pequeninos un parque temático para que disfruten los niños y por supuesto que os perdáis entre sus callejuelas (por ejemplo ascender por la popular Rua do Quebra Costas para visitar los monumentos más importantes) sobre todo las del centro, que seguro hallaréis rincones que no olvidaréis.

Coimbra a orillas del Mondego es la ciudad universitaria por excelencia en Portugal, su Universidad es la más antigua y fue fundada en el siglo XIII.
El núcleo central de esta universidad clásica está en el alto de un cerro con vistas espléndidas, pero para llegar hasta allí hay que subir por calles y cuestas empinadas como si se trataran de duras pruebas para alcanzar el saber.
Si uno viene por la calle Ferreira Borges, la típica calle peatonal y comercial de cualquier ciudad se encuentra un arco que corresponde a una entrada a la ciudad medieval amurallada y desde ahí se accede al casco antiguo. Las escadinhas do quebra costas corresponden a una escalera empinada, que nos puede romper el costado y que asciende hasta la antigua catedral románica, a Sé Velha. En todo el entorno se respira un ambiente bohemio y juvenil, con puestos de artesanía, tiendas de diseño, bares singulares, sin faltar los tradicionales locales de fado. Me llamó mucho la atención los nuevos modelos de maceteros sostenibles en las terrazas, pues no eran más que pantalones vaqueros viejos, llenos de tierra y con flores. También por estas calles estrechas y empinadas podemos encontrar las famosas Repúblicas, algunas muy antiguas, que son residencias de estudiantes, a modo de hermandades, llenas de reglas y tradiciones y sumamente elitistas a la hora de admitir a nuevos miembros. Aunque el aspecto exterior, no dejando de ser singular, resulta a veces poco cuidado.

Coimbra, como en otras muchas ciudades portuguesas, tiene ese encanto especial del pasado e historia de la ciudad.

Principalmente conocida por la universidad, tiene otros interesantes atractivos que bien merecen una visita.

La Biblioteca Joanina, destacan sus frescos y ornamentaciones de madera con incrustaciones de oro, una verdadera joya.

Conocida es la Torre del Reloj, más conocida como A Cabra, tienes las mejores vistas panorámicas de la ciudad.

Es muy agradable pasear por sus estrechas calles, algo abandonadas y con muchas de las casas cerradas, pero siguen guardando ese carácter de principios de siglo pasado.