Coliseo

El Coliseo es el corazón de Roma. Un corazón que lleva latiendo desde hace casi 2.000 años y que enamora cada año a los millones de personas que lo visitan para viajar a los tiempos del poderoso Imperio romano. La zona de la arena todavía recuerda las luchas de gladiadores y en sus impresionantes gradas todavía resuenan los ecos de los gritos del pueblo enfervorecido disfrutando de su entretenimiento favorito.

Por su historia y su espectacular arquitectura, el Coliseo es por derecho propio todo un icono de Roma y uno de los monumentos más famosos del mundo.

Historia del Coliseo Romano

El devastador incendio que sufrió Roma en el año 64 d.C destruyó el único gran anfiteatro que había en la ciudad. Por ello, el emperador Vespasiano mandó construir un nuevo anfiteatro donde se había levantado el anterior. Tras unos 10 años, y ya bajo el mandato de un nuevo emperador, Tito, se acabó la construcción del anfiteatro que estaba llamado a hacer historia y a permanecer en pie hasta nuestros días: el Coliseo de Roma. El nombre que tuvo en un principio era Anfiteatro Flavio, pero, debido a una gran estatua de Nerón (“el Coloso de Nerón”) que se encontraba justo a su lado, acabó siendo conocido por todos los romanos como “el coliseo”.

Este gran anfiteatro se utilizaba básicamente para el entretenimiento del pueblo. Romanos de todas las clases sociales se acercaban a este gran edificio para presenciar representaciones teatrales, violentas luchas de gladiadores y fieras, e incluso ejecuciones públicas. De hecho, la legendaria inauguración del Coliseo duró 100 días, en los que los romanos pudieron asistir a un espectáculo sin precedentes.

Su graderío de más de 80 filas tenía un aforo de más de 50.000 espectadores, repartidos en varias secciones en función de su clase social: cerca de la arena se situaban los emperadores y miembros del imperio con más poder, y en las partes más altas permanecían las clases más populares. 80 puertas daban acceso al recinto, que estaba construido de una manera muy ingeniosa para que la entrada y salida de los espectadores fuera lo más rápida posible. Y es que la arquitectura del Coliseo no ha dejado de sorprender a los expertos. Además de su espectacular arquitectura exterior, bajo la arena en la que luchaban los gladiadores había celdas y túneles en los que estos esperaban antes de los espectáculos y un complejo sistema de trampillas que permitía salir a gladiadores y fieras a la arena.

Durante varios siglos, la actividad en el Coliseo atrajo a miles de ciudadanos de Roma, aunque con el declive del imperio fue decayendo su uso hasta prácticamente dejar de utilizarse. Con la caída del Imperio, el Coliseo cayó en desuso en una época oscura que duró varios siglos durante los que se expoliaron los materiales con los que estaba construido, especialmente las piedras de sus muros, para construir otros edificios. Afortunadamente, a partir del siglo XIX comenzó a tenerse en cuenta su conservación, lo que ha permitido que haya llegado hasta nuestros días. Gracias a ello, a lo largo del siglo XX se ha convertido en el principal atractivo turístico de la capital italiana y ha sido reconocido como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.

Información sobre la visita

El Coliseo se encuentra en pleno centro de Roma. Llegar hasta él desde cualquier punto de la ciudad es muy sencillo, ya que tiene una parada de metro justo al lado (Colosseo) y varias paradas de autobús a su alrededor.

Este monumento Patrimonio de la Humanidad es una visita imprescindible si viajas a Roma. Además está justo al lado de otros grandes atractivos de la ciudad como el Arco de Constantino, el histórico Foro Romano o el Palatino. De hecho, hay varios tours guiados que no solo incluyen la entrada y la visita al Coliseo, sino que también te llevan por un recorrido entre las ruinas del foro y suben al Palatino, la zona en la que se cree que se fundó la ciudad.

Como el Coliseo atrae a millones de viajeros cada año, se suelen formar aglomeraciones en las entradas, por lo que visitarlo con un tour guiado es la mejor opción. Estos tours te permitirán saltar las colas de los accesos, la entrada al anfiteatro y te llevarán en un inolvidable recorrido por el interior del Coliseo junto a un guía experto que te contará su historia y las curiosidades más interesantes. Aunque al llegar verás mucha gente en las colas, no te preocupes, la entrada de visitantes está regulada y solo se permite que haya 3.000 personas dentro al mismo tiempo para que todo el mundo pueda disfrutar de la experiencia sin agobios.

Cuando accedas al interior del Coliseo viajarás 2.000 años atrás, y te quedarás con la boca abierta admirando las impresionantes gradas que se llenaban de romanos animando durante los espectáculos que tenían lugar allí. Además de ir caminando por los distintos niveles del Coliseo, hay tours que también incluyen el acceso a la zona en la que estaba la arena donde luchaban a muerte los famosos gladiadores. Así, podrás saltar a la arena y también contemplar el sistema de celdas y túneles que había debajo, ya que, aunque en la antigüedad estaba oculto bajo el suelo, hoy se puede ver perfectamente a simple vista.

Al llegar al Coliseo o al salir, detente un momento para admirar su impresionante arquitectura, con sus magníficos arcos y los distintos niveles de su construcción, e imagina cómo su gran tamaño debía sorprender a los romanos que se acercaban hasta el centro de Roma desde hace siglos. También merece mucho la pena acercarse hasta el Coliseo por la noche (aunque solo puede verse por fuera), ya que se viste con su iluminación nocturna y se convierte en protagonista de las fotos de todos los viajeros que pasean por la zona.