Muros blancos y aires morunos, el...
Muros blancos y aires morunos, el pueblo de Alfarnate se cobija entre roquedos abruptos en la zona alta de la Axarquía. La comarca se puede descubrir desde sus playas de cálidas aguas, pero vale la pena comenzar en la agreste tierra adentro y aventurarse por su geografía atormentada: Allí es donde la Axarquía encanta con su particular sabor añejo.
Peñas desoladas, laderas cubiertas por mares de olivos, viejas higueras y almendros, blancas casas de labor rodeadas de viñas, estrechos valles tapizados de huertas, antiguas acequias moras todavía acarreando agua, conforman el paisaje diverso, asombrosamente verde durante casi todo el año. La Axarquía, a pesar de su belleza, no sería nada sin sus pueblos: Rabiosamente blancos, floridos, apretados y laberínticos, parecen hacer equilibrio en las cimas o laderas de las montañas.