Confitería del Hotel Castelar (barrio de Monserrat)

Este hotel de cuatro estrellas inaugurado en 1929 guarda todo el encanto de los elegantes edificios que se construyeron a lo largo de la Avenida de Mayo en el siglo XX. Aunque sus habitaciones han sido remozadas y modernizadas, los salones del hotel y muy especialmente la confitería permanecen tal como eran cuando el Castelar era uno de los pocos hoteles de calidad de Buenos Aires.
Sólo entrar por sus puertas y un mundo lleno de nostalgia nos rodea. Las arañas que cuelgan del techo, las lámparas de alabastro, las mesas de caoba y los sillones tapizados de morado invitan a relajarse y disfrutar de un Buenos Aires que tiende a desaparecer.

Solo por ver dónde Federico García Lorca se tomaba los desayunos cuando estuvo en la cuidad merece la pena visitar este lugar histórico. Se puede visitar la habitación del poeta con un guía. El hotel también ofrece habitaciones confortables (chapadas a la antigua) y un spa de época.

Guarda los colores y costumbres que, traídos de la mano de los inmigrantes españoles, modelaron la Avenida de Mayo.