Un fin de semana de relax
Recientemente pasamos un fin de semana en este hotel. Era la segunda vez que nos alojábamos en él, ya que el año pasado quedamos muy contentos con la experiencia. En esta ocasión, nos quedamos en la habitación 105, la mejor del hotel según nos explicó la recepcionista. Hemos de reconocer que si bien la habitación del año pasado, una estándar, era magnífica, ésta era espectacular. La cama tenía dosel y era enorme y comodísima; en el baño teníamos ducha y bañera, ambas con hidromasaje; chimenea... y unas vistas espectaculares.
El desayuno es muy bueno y se sirve en un comedor muy acogedor.