A los ricos crepes
Después de visitar el gran monasterio de Sta Catalina no hay mejor forma de reponer fuerzas que cruzar la calle y sentarse en el patio de este restaurante. Es un entorno muy agradable junto a la sede de la Alianza Francesa, y el menú, aunque sencillo, está delicioso: ensalada, crepe, helado y para beber nada mejor que una chicha morada.
El interior del local es muy acogedor, con una parte alta en la que además de tomar algo se puede pasar el rato jugando a alguno de los juegos de mesa que tienen allí.