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La taberna para merendar
Encontramos esta posada regresando de las vacaciones de Navidad en Valdisole.
Debo admitir que la simpatía y amabilidad de los encargados del lugar fue excelente, ya que habíamos reservado, pero debido a errores e interminables colas en la autopista, nos recibieron para comer a pesar de que eran las 14,00 /14.30.
El local es minimalista, hecho en parte con materiales reciclados, como me gusta.
A pesar de la hora, nos las arreglamos para deleitarnos con los platos típicos de Mantua. Excelentes los "tortellacci" a la calabaza rellenos de amaretto como dicta la tradición de Mantua. Los fiambres, entre los cuales el "culatello" estaba muy bueno. El vino blanco es excelente y el precio es el normal.
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