Para mí y mis compañeros de viaje, lo mejor de Teherán.
La ciudad está a los pies de una gran cordillera: Elburz. Y Aunque la capital está en su mayoría en el llano, esta no puede resistirse y hacer sus incursiones en las laderas de la montaña y la mejor y más acertada es Darband.
Aprovechando el paso entre dos montañas excavado por un arroyo y junto a él, aprovechando la sombra se abre este espacio de recreo para la ciudad, lleno de cafés y restaurantes encaramados a las empinadas laderas, puestos callejeros de dulces, tes en una ascensión que conforma un paisaje a medio camino entre un mercado-bazar de comestibles golosos en su mayoría, sendero de montaña con arroyo y zona de restaurantes ajardinados de forma escalonada recordando a unos nuevos jardines colgantes de Babilonia, constantemente regados por el personal. Complejo de explicar pero sin duda es un sitio muy agradable donde podemos ver a esos iraníes en su forma de ser tranquila, cadenciosa y entregados a la charla mientras comen, pasean o fuman una pipa de agua en los tradicionales asientos persas esto es: estructura plana levemente elevada sobre el suelo y toldada donde se colocan alfombras y cojines, ocupados por los usuarios descalzos dejando libre El Centro para colocar la comida o lo que proceda.