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De Saint-Jean-Pied-de-Port al Refugio de Or
El tren salió de Barcelona estación de Sants a las 7:37 de la mañana y llegamos a Pamplona sobre las 11:20. Al salir de la estación encontramos una chica que llevaba un cartel en la mochila: “Buscamos compañeros para un taxi hasta Saint Jean Pied de Port”. Era una chica que realizaba el camino con su madre. Nos presentamos, les comentamos que nos interesaba. Ya éramos 4. Al final también se nos apuntó un chico brasileño. Llamamos al taxi i a las 13:00 ya estábamos en Saint Jean. Nuestra primera idea era pasar la noche en Saint Jean Pied de Port ya que el bus hasta Roncesvalles sale los sábados a las 16 y luego hay que hacer el tramo final con taxi. Al llegar tan pronto decidimos empezar a caminar y pasar la noche en el refugio de Orisson.
Fuimos a buscar la credencial y, después anulamos la reserva en el hostal Esprit du Chemin 'https://www.espritduchemin.org'), situado delante de la oficina de atención a los peregrinos.
Antes de empezar, comimos en Chez Edouard café-brasserie- pizzeria. El menú del peregrino consistía de sopa, cordero con patatas y postre (pastel de almendras amargas). La sorpresa fue que el agua no estaba incluida en el menú y nos clavaron 5€ por una botella de un litro.
Empezamos a andar, una vez pasado el puente sobre el río Nive cruzamos Saint Jean por la calle de España (Rue d' Espagne) hasta encontrar las primeras señalizaciones del camino.
Los 7,55 km que hay hasta el refugio de Orisson son un poco duros y el desnivel a salvar es considerable. No obstante no hay ningún problema para orientarse (marcas de GR rojo y blanco). El camino sigue la carretera hasta Orisson. Solo deberemos abandonar la carretera una vez para evitar una fuerte subida.
Finalmente llegamos al refugio. No había plazas libres en las habitaciones por lo que nos alquilaron una tienda. Están muy bien, disponen de colchones y mantas. El baño es compartido y, con el precio, se incluye la cena y el desayuno.
Había gente de todo el mundo: Islandia, Corea, Francia, España, Suiza, Alemania… La cena se celebraba en una gran mesa con todos los peregrinos. En Orisson después de cenar, hay la tradición de contar de dónde se viene y hasta dónde se pretende llegar. Fue peculiar. Tras cenar fuimos a dar una vuelta y subimos una pequeña montaña situada cerca del refugio. Nuestra sorpresa fue encontrar, en la cima, ¡una colonia de buitres! Las vistas del lugar són impresionantes.
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