Después de una carretera bastante ...
Después de una carretera bastante aburrida entre la llegada a la región del Petén y Flores, la vista al lago de Peté Itzá, la perspectiva de buenos chapuzones, pescados a la plancha y un día de descanso me pone feliz.
Cuidado, para pasar la “frontera”, límite entre el Petén e Izabal, hay que deshacerse de todas las verduras y frutas que uno carga, por culpa de una mosca parásita, que quieren evitar en Petén. Los demás guatemaltecos se la pueden comer aparentemente. Cada vehículo que pasa se le busca la fruta y se le quita si tiene.
La carretera se hace más verde, vamos hacia la selva, los pirámides de Tikal, la biosfera maya. Es el final del Guatemala de los vaqueros, donde se guarda el ganado, miles y miles de vacas sobre cientos de hectáreas robadas a los indígenas.