Duomo Santa María Asunta (Catedral de Pisa)

Su interior no tiene nada que ver con el románico francés o español, Italia en esos momentos llevaba una arquitectura y ornamentación muy diferente al románico al que estamos acostumbrados, con mucha más luminosidad y altura en las construcciones, así como presencia de ventanales de los que nuestro románico careció hasta la entrada del gótico.
Pero lo que más sorprende de su interior es los mármoles blancos y negros, muy típicos de Italia, así como el techo artesonado dorado de madera del siglo XVII.

No hay que perderse el Pantocrator del ábside, del XVI, y el púlpito, obra maestra de Giovanni Pisano, de principios del siglo XIV.

La Catedral de Pisa es una verdadera obra maestra de la arquitectura románica, tanto por dentro como por fuera. Para mí, fue la catedral más hermosa que visité en Italia y estoy contando las magníficas catedrales de Florencia y el Vaticano. Lo que más me sorprendió fue el interior: los arcos de inspiración islámica, los mosaicos de estilo bizantino y el techo deslumbrante cubierto de oro están en marcado contraste con las catedrales más austeras que vimos en otras ciudades. También, su estado de conservación esta alucinante para tener casi 1.000 años.

Desde el exterior, la corona de la Piazza dei Miracoli que es aún más que su famosa torre inclinada. La ausencia de gente en los céspedes verdes de la Piazza dei Miracoli hace que la vista sea tremenda e impactante - este elegantey gigante de mármol blanco colocado entre la tierra y el cielo, sin distracciones, sin edificios en el horizonte. Es algo realmente especial.

Merece la pena visitar este lugar. Tanto interior como exteriormente es ESPECTACULAR.

Verás pinturas, frescos, mosaicos, esculturas, imaginería y galerías que te dejaran con la boca abierta.

La entrada es gratuita y aunque suele haber mucha gente, se puede visitar sin problema.

Hay que mirar bien los horarios porque es de los primeros monumentos que cierran.

Pisa es un municipio toscazo y lo conocimos en un viaje relámpago desde Florencia, llegando a Pisa ya siendo de noche, sin saber si íbamos a poder ver algo o no, pero aunque no pudimos entrar la catedral, si pudimos ver todo el complejo arquitectónico (en la plaza de los milagros) de Pisa, que a pesar de estar cercado por una valla de hierro, estaba abierto aún siendo la 1 de la madrugada. Fue una paliza de viaje pero mereció la pena, eso si, si hay tiempo mejor hacerlo con más calma. La catedral medieval, que se inició en el año 1064, es un magnífico ejemplo de arquitectura románica pisana, con una fachada de cuatro niveles.

No hay palabras para describirlo. La Piazza dei Miracoli en general es impresionante. Estar ahí y ver las dimensiones del duomo es una experiencia que recomiendo a todo el mundo.

La entrada es gratuita habiendo adquirido una entrada para cualquiera de los otros edificios. Cuidado con el atuendo, en algunos casos hacen ponerse una pequeña tela para cubrirse.

Su interior es sorprendente, sus pinturas, estructura y fachada es impactante.