La leyenda eterna de Nueva York
Leyenda que empieza con su nombre, que al parecer le viene del hecho de que en el momento en que fue construido, el Upper West Side de Manhattan estaba tan alejado de lo que era el centro de Nueva York que al terreno donde se levantó se lo consideró tan remoto como el Territorio de Dakota.
Claro, me imagino que en 1880, esa zona no debía ser muy atractiva para los neoyorkinos, que desde un principio fueron asentándose y extendiéndose desde el sur hacia el despoblado norte y encontrarse de repente viviendo en una especie de palacio al estilo europeo- francés no debía ser fácil. Aunque desde su diseño se supo que los propietarios iban a ser la 'creme' de la ciudad de Nueva York. Por eso hicieron que el edificio fuera lo más exclusivo del momento y sólo pudiera albergar a 65 familias escogidas en igual cantidad de apartamentos de 4 a veinte habitaciones.
El lujo era tal, para la época, que los techos eran de caoba, roble y cerezo, y en el de los más snobs se adornaban con filigrana de plata; desde siempre ha generado su propia energía eléctrica y fue de los primeros en tener calefacción central, salón de juegos y gimnasio.
Lo mas 'chic' desde su apertura fue alquilar un pisito para pasar temporadas en el "salvaje norte neoyorkino" y fue una marca de estatus que obligó a construir rápidamente otros edificios de igual o mejor calidad y prestaciones en la zona.
Pero lo que llama la atención a todos los visitantes que nos acercamos hasta él es, claramente, la leyenda que lo envuelve.
La más famosa, por supuesto es la del asesinato de John Lennon que cayó muerto a sus puertas en 1980 al salir de uno de los apartamentos de su propiedad y que aún conserva su viuda.
Pero yo que también soy cinéfilo, me gusta recordar que en el edificio transcurría la trama de "La Semilla del Diablo" de Roman Polanski o que en él han vivido famosos como la actriz Lauren Bacall, el compositor y director de orquesta Leonard Bernstein, Judy Garland, Boris Karloff...
Y eso que para poder entrar a vivir no basta con poder comprar un apartamento. Hay que pasar el severo control y escrutinio de la junta de vecinos, que son los que finalmente decidirán si el posible nuevo propietario puede codearse con ellos. El papeleo incluye años de documentos fiscales y contables y requiere a la pareja (nunca solteros) pagar miles de dólares para someterse a investigación; completar este proceso no es garantía de que vayan a ser aceptados. Así fueron amablemente rechazados Antonio Banderas y Melanie Griffith o la mismísima Cher; y eso que la media de precio de venta de los apartamentos es de 20 millones de dólares...
Nada es suficiente para este mega exclusivo edificio que parece no depender ni necesitar a nadie, como si se nutriera él solo.....Curioso.
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