Callejeando por Lisboa
Este año quería organizar algo especial para celebrar Nochevieja. No me motivan especialmente los cotillones y grandes fiestones... supongo que ya he ido a muchos y me he cansado de cenar con centenares de personas y hacer cola para pedir una copa.
Así que mi pareja y yo decidimos ir de viaje y pasar la última o primera noche del año en un lugar diferente, fuera de España. Pensamos en Marrakech, Berlín, Roma... pero ninguno de los dos había estado antes en Lisboa, así que reservamos nuestros billetes con Easyjet y allí nos plantamos.
La ciudad es realmente encantadora, con sus avenidas, edificios decadentes y una atmósfera relajada y cosmopolita. Es cierto que estaba plagado de españoles e italianos que habían tenido la misma idea que nosotros, pero, no obstante, no era agobiante el trajín de turistas.
La zona de ocio, repleta de bares y restaurantes, es el Barrio Alto. Sus pendientes y calles estrechas están llenas de locales donde comer o tomar unas cervezas. Todo el mundo entiendo el español así que no hay ningún problema a la hora de pedir lo que sea. Un poco de esfuerzo tuyo y poco de ellos y la comunicación es excelente.
Para la última noche del 2011 reservamos en un pequeño restaurante que nos había recomendado un chico portugués, El Impero dos Sentidos (o algo similar) en el Barrio Alto. La cena fue increíble, super divertida y comimos las uvas (en este caso pasas) a la medianoche para después patearnos el barrio entre garitos minúsculos con gran ambiente y música en directo. Como los locales son tan pequeños (en algunos todavía se puede fumar) todo el mundo está en la calle con sus cervezas en la mano de cháchara y disfrutando de la noche. El ambiente es magnífico, gente de todas las edades, sin broncas ni peleas, solamente pasándolo bien en compañía.
La experiencia ha sido increíble y os animo a que hagáis una escapadita a la capital lusa y disfrutéis del encanto de sus calles y gentes. Por cierto, a modo de anécdota, encontramos un bar típico portugués al principio del Barrio Alto donde las cañas estaban a 0,75 € (sobra deciros que era nuestra parada obligatoria- véase foto de la entrada).