Con fresas de madrugada
El Bulín es mi local favorito de Santander. Lo es porque pone una música fantástica, unas copas que no parecen conocer el garrafón, y a veces sirve fresas bien entrada la noche. Y, por si eso fuera poco, el baño de chicas es una delicia. En lugar de estar decorado con frases que dan ganas de suicidarse, en el se leen versos y palabras positivas. Como tiene que ser, especialmente de madrugada.
Encontrarás El Bulín casi al principio del Río de la Pila, una de las zonas con mejor ambiente de Santander. Es muy fácil de reconocer: es el que tiene una señal enorme de metro de Londres con el nombre por parada. En el interior cuenta con algunas mesas bajas con sillas y un par de barras laterales en las que hacerse fuerte, con suerte hasta dejar el abrigo sin mucho riesgo de que este sea manchado.
En la barra siempre encontrarás algo de comer. Golosinas, frutas, o depende. Y las copas las ponen sumamente bien y a precios razonables (salvo peticiones fuera de lo común 5 euros). Entre sus cervezas están Mahou y Voldam. Por no hablar de sus camareros que se desviven con los clientes. Solo por ellos merece la pena pasar por allí.
¿Lo peor? No hay nada peor. Todo me gusta de este lugar al que, si tuviera que ponerle una pega, es que cierra muy pronto. A las 3 o las 4, vamos, a la que le obligan por ley. Lo entiendo, si no habría más de una persona que se quedaría a vivir ahí.
