Paisajes bellísimos, desolados
Me resulta fascinante recorrer los caminos de Soria. Relegada, olvidada turísticamente, la provincia esconde paisajes bellísimos, desolados, poco polucionados por la mano del hombre.
En la comarca de Tierras del Burgo, el Duero riega las campiñas y se cubren los campos de famosos viñedos. Al precioso entorno se le suman los numerosos templos románicos, la huella del Cid, y la arquitectura medieval intacta de sus villas.
El Burgo de Osma reina sobre sus tierras con su imponente catedral, un templo con muestras de estilos artísticos que van del románico al barroco. El conjunto monumental que la rodea no le va a la zaga: Preciosas callecitas con soportales desembocan en la gran plaza Mayor, salpicada de palacios y nobles casonas.