Por encima de la historia
Más allá de los datos y de los conocimientos artísticos del visitante están las sensaciones: silueta espectacular, nostalgia del pasado medieval más específico, recogimiento, disfrute… Es especial por su singularidad, ya que rara vez puede encontrarse un turista con un recinto amurallado de estas características (he visto uno en Italia muy similar y con todo el perímetro bien conservado, abierto sólo por sus portales en el mismo sentido que los de San Miguel –norte del Cerco- y Remahua (sur), pero sólo he visto este).
Como decía, de detalles y emociones, se puede hablar mucho porque las cosas nos agradan por cuanto nos sorprenden para recrear nuestra alma: construcción con piedra de sillería, torreones almenados abiertos hacia su interior, la envergadura de la iglesia fortaleza de San Saturnino, los restos del castillo del Rey, las vistas que permiten disfrutar al viajero (desde la sierra Andia pasando por Montejurra a la llave de la ribera, hasta el paisaje ondulado que nos sitúa por Tafalla para dar la vuelta hasta la peña de Unzué), el portal de Remahua, los aljibes, las saeteras, las callejuelas sinuosas y la Txofeta – terraza perfecta para descansar de las inclemencias del cierzo y poder volar sobre el pueblo y el paisaje- zona sur de la iglesia.