Gasteiztarra
Una agradable sorpresa
El restaurante está enclavado en el mismo mercado, separado de los puestos por una pared de cristal llena de cascos de botellas verdes alineadas a la perfección, es moderno, muy tranquilo y acogedor y como se intuye el jaleo que hay al otro lado, resulta muy atractivo comer dentro de uno de estos dos mundos tan diferentes. Hemos comido su menú del día, 22€ y estaba todo exquisito y servido con mucho gusto, además hay que destacar el derroche de simpatía, amabilidad y profesionalidad del personal que nos ha atendido. Volveremos y lo recomendaremos a nuestros amigos.