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El palacio de Bafut

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1 opinión sobre El palacio de Bafut

Una reina nos hace de guía

En África del oeste hay muchos pequeños reinos que incluso hoy en día mantienen cierto poder y soberanía sobre sus súbditos. Un país donde encontrar este tipo de "países dentro de países" es Camerún, y un buen ejemplo es Bafut, a poco más de 20 km. de Bamenda.
Bafut es un pequeño reino, similar a las chéfferies del norte del país, y es posible visitar el palacio donde vive el soberano o "fon", Abumbi II con las 42 esposas heredadas de su padre (él es el respondable de esta gran familia) y las 8 esposas que él ha tomado por decisión propia. Una de estas últimas, en concreto la Tercera esposa, es muy posible que ejerza de guía mostrándoos el complejo palaciego y el museo (edificio de diseño y factura alemanas, ya que a principios del s. XX se establecieron aquí). Hay que decir que Abumbi II es ingeniero agrónomo, antes de tomar el trono, profesor de esta materia.

Esta mujer me fascinó por su energía, decisión, aparente (o real) modernidad... realmente mostraba un carácter de "señora" pero no altanera ni desagradable, sólo elegante en su sencillez.
Nos acompañó y explicó los lugares más simbólicos y especiales del Palacio, respondiendo a nuestras preguntas con ancha sonrisa o con entrecejo fruncido en según qué casos (mucho carácter!), je, je, en inglés o francés, a demanda... Es uno de los pocos casos en que he escuchado a un guía atentamente durante toda su charla (lo siento, la mayoría de las veces acabo desconectando, aunque sea a ratos).
Me impresionó el principio de la visita, justo a la entrada del palacio, donde se abre una gran explanada con una especie de gradas techadas en un lado. Ahí se celebra la fiesta anual de Bafut, los súbditos vienen a rendir pleitesía a su soberano y a traer paja para el tejado de la "casa de la palabra", situada en el otro extremo del complejo palaciego, al menos del visitable.
En esta explanada hay algunos elementos que, si no te los cuentan, ni te enteras. Y es que aquí, en dicha fiesta, se ofrecen sacrificios a los espíritus y demás fuerzas ocultas (son animistas, aunque en buenas relaciones con el cristianismo). Hasta el año 1900, aproximadamente, los sacrificios eran humanos. En una piedra determinada, se torturaba y finalmente se daba muerte a los que habían cometido delitos -especialmente delitos de sangre-, y en unos troncos con forma de horquilla se sacrificaban a un hombre y una mujer vírgenes, "donados" por los nobles (sus hijos e hijas). Hoy en día se realizan sacrificios de animales, y no tantos como antaño.
El museo, como os decía, fue realizado por los alemanes que llegaron hasta aquí a principios del siglo XX y se tuvieron que ir cuando perdieron la Gran Guerra. Es muy interesante, con una colección de estatuas rituales, trajes para las danzas y de una especie de secta secreta, y muchos otros objetos, además del edificio en sí, pero no está permitido hacer fotos.
Los ingleses sucedieron a los alemanes, y este museo fue también la vivienda del famoso naturalista Gerald Durrell, que hizo aquí sus primeras expediciones científicas en busca de nuevas especies.
Como os decía, al fondo está el Parlamento. Mucho más rústico que la chéfferie de Bandjoun, más auténtica pues esta no ha sido arrasada por ningún fuego como la anterior. Ojo, no se puede ni pisar las escaleras de acceso, bajo pena de tener que pagar con una o dos cabras por el sacrilegio que supone que un extranjero pise ese lugar sagrado. No es broma, avisados estáis!
Por último, deciros que durante la visita os cruzaréis con los habitantes del complejo palaciego... sí, se trata de princesas, o del servicio, difícil de distinguir para nosotros. Recuerdo especialmente a la hija de la reina que nos hacía de guía, con sus mellizos. La propia reina nos contó que ya se había independizado y no vivía allí, pero para el parto había ido a pasar una temporada con su madre, para que la ayudara con los críos. Ella no quería que siguiera mucho tiempo más, y pensaba que debía volver a su propia casa, en la ciudad, a seguir estudiando en la universidad. Toma ya!
En fin, la visita da para esto y mucho más... realmente, un sitio "imperdible" en Camerún :).
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