Una ventana al mundo
Si hay algún lugar en Barcelona donde puedas encontrar lo que sea o a quién sea, es, sin duda, en El Raval. Un barrio tradicionalmente obrero y, aunque ha cambiado mucho de unos años para aquí, todavía conserva su esencia intacta.
Sumergirse aquí es hacerlo en un mosaico de gentes, costumbres y culturas radicalmente opuestas. Prueba a detenerte en alguna de sus calles y verás la increíble cantidad de idiomas diferentes que puedes oír en apenas un instante. Lo más fascinante es que en una misma mañana puedes llegar a sentir que estás en un mercadillo en pleno Marruecos, sin salir de los alrededores de la 'Rambla del Raval', a continuación saltar a Asia rodeando 'Carrer Sant Pau' para minutos después ser la persona más moderna y 'cool' de la ciudad en alguna de las terrazas de los alrededores del MACBA, símbolo de la transformación y el desarrollo urbanístico de la zona.
El barrio originalmente estaba formado por decadentes bloques de edificios, calles muy estrechas y oscuras, burdeles, bares cutres y tiendas de alimentación de minorías étnicas. Actualmente todo esto ha sido adornado con galerías de arte, hoteles de diseño o tiendas de moda, pero sigue oliendo a especias, limpiacristales, aceite reutilizado o kebab.
Mis rincones favoritos son 'La Boquería', el mercado más famoso de Barcelona, los jardines del antiguo hospital de 'Santa Creu' y el Centro de Cultura Contemporánea.
Disfruta de la Barcelona más primitiva en El Raval, una ventana al mundo donde disfrutarás de múltiples sensaciones y experiencias.


