Pasear entre un mar de terciopelo marrón
Una de las rutas más recomendables y que más afanadamente recomiendan en cualquiera de las oficinas de turismo de la Selva Negra es el recorrido por el sendero conocido como Grindenpfad, en la cima del monte Hornisgrinde. Y tienen toda la razón en hacerlo...
A lo largo de 3 kilómetros se extiende un paisaje de turba bellísima y resulta difícil comprender qué ha pasado de golpe con los bosques de la Selva Negra. Doce paradas totalmente señalizadas explica el porqué de este paisaje, la historia de la cima y las diferentes especies que se han desarrollado a lo largo de años.
El Grindenpfad es una especie de marisma pantanosa, con zonas de turba y vegetación excepcional. El manto de color marrón que cubre la mayoría del terreno te hace sentir como si estuvieras en campos de terciopelo que destellan con el movimiento del viento.