Imponente abertura natural.
Desde el puente sobre el Tajo la perspectiva es espléndida. La altura atemoriza. Se une lo nuevo y lo viejo. Poco a poco se va descendiendo hasta el rio y se puede apreciar el tajo en toda su magnitud. La altura sobrecoje. ¿Se puede pasar por debajo del puente? Vamos a intentarlo. Sí, se puede, y nos lleva hasta la caseta que regulaba el caudal del rio. Espectáculo recóndito en la pequeña laguna que forma la corriente. ¡Hala! Otra vez para arriba. Sin prisas, la cuesta no se hace muy pesada.