Un pequeño pueblo minero
A diferencia de la mayoría de los pueblos mineros abandonados de México, la conservación y reconstrucción del El Triunfo, ofrece al turista la oportunidad de realizar una visita placentera.
Su historia es común a la del resto de los asentamientos con herencia minera del País; fundado en 1878 por la Progreso Mining Company para dar habitación a sus trabajadores, floreció y llego a contar con mas de 4,000 habitantes, muchos de ellos venían de lugares distantes en busca de mejores oportunidades para vivir.
Gracias a las facilidades otorgadas a las compañías extranjeras que explotaban las minas bajo la presidencia de Porfirio Díaz, El Triunfo fue urbanizado, se instaló alumbrado en el jardín público, y las comunicaciones con La Paz se mejoraron a través de una línea telefónica y un camino carretero.
Sin embargo, las cosas no permanecieron fáciles en las minas, los minerales se encontraban en vetas difíciles de extraer y la plata sufrió deprecación en esos años.
Debido a que el desarrollo de El Triunfo se sustentaba en la actividad minera, con el cese de labores de la compañía en 1912, como era de esperarse, dejó de ser económicamente importante y su población se redujo sustancialmente.
Hoy el pueblo ofrece un paseo por el pasado; el lugar cuenta con cafeterías, tiendas y un museo de Música que cobra importancia por la cantidad de instrumentos con que cuenta y por la historia que representa.
Llega a La Paz vía aérea o por transbordador. De ahí se toma la carretera número 1 en dirección a San José del cabo; aproximadamente a 45 km se encuentra El Triunfo.


