Sabor árabe al perfume de las imitaciones
El título puede parecer un poco extraño, pero es un poco lo que sentí al entrar al zoco, bueno, por llamarlo de alguna manera.
Nuestro guía nos dejó en una de las calles donde comienza el barullo comercial y nosotros, tranquilamente nos echamos a caminar. Al principio nos llamó la atención el hecho de que hubiera mucha mezcla de mercancía: zapatos, bolsos, cinturones, carteras....y todo de imitación. Pero lo que echamos en falta es ese gustillo de zocos como el de Túnez, El Cairo o Estambul, espacios cerrados o semicubiertos que regalan aún más encanto a la pasión de comprar, fisgonear y regatear. Pero claro, El Aaiún no es una gran capital, ni siquiera una gran ciudad; sólo es una cabeza de provincia poco acostumbrada al turismo, que vive el día a día y no por eso deja de caer en la tentación de vender y comprar imitaciones de grandes marcas.